‘Las claves de las transacciones que salen bien son el saber, la disciplina y la paciencia’. John J. Murphy.
Plas, plas, plas (aplausos).
El análisis técnico se basa en que los gráficos reflejan la psicología alcista o bajista del mercado y en que él mismo nos dirá en que dirección es más probable que se mueva para identificar el inicio de la
Tendencia y
operar en su misma dirección porque la historia siempre se repite y las
tendencias tienden a persistir.
Los operadores de
divisas siempre hemos sido los más maltratados y debido al
apalancamiento, el concepto de ‘comprar y aguantar’ nos deja muy poco margen de maniobra.
Dejando claro esto, en la primera parte del
libro, Murphy argumenta a favor y en contra en la eterna batalla entre el análisis técnico y el análisis
fundamental. Como indica el título de esta obra, vence en análisis técnico, ya que según el autor, el primero siempre incluirá parte del segundo, pero el segundo no tiene por que utilizar al primero. De hecho, comenta como lo que podemos analizar en un análisis técnico debería ser lo mismo que llegado el día del
anuncio fundamental, ya que este último refleja el sentimiento que se venía apreciando.
En el primer capítulo, Murphy explica relativamente rápido (y de forma muy comprensible) los principales aspectos de la Teoría de Dow, aplicándola más adelante y mostrando como esta sigue siendo la piedra angular de cualquier análisis técnico, aunque con algunas adaptaciones a los tiempos modernos.
La explicación de este tema es mucho mejor, en mi opinión, que la que ofrece Alexander Elder en su libro Vivir del Trading.
A continuación, el libro se dirige a aquellos operadores que no están demasiado familiarizados con la interpretación de gráficos. Este capítulo resultara innecesario para la mayoría de los operadores con unos pocos meses de experiencia.
El siguiente apartado nos ofrece un exhaustivo estudio de la definición de tendencia y sus elementos
fundamentales (grados,
soporte y
resistencia…) sobre los que se asientan el resto de capítulos. Este tema ayudara mucho a aquellos
traders que se estén iniciando en el concepto de la tendencia.
Aunque me parece un buen libro y muy completo, no lo considero la mejor opción para iniciarse en el análisis técnico, ya que implica tener una cierta base previa.
Murphy repasa los 5 patrones de
cambio de tendencia principales (HCH, Dobles y triples techos y suelos, patrón en V y el platillo). Como es costumbre en gran parte de los
libros sobre los mercados financieros, las transacciones con acciones y futuros copan los ejemplos principales. En este caso, el autor describe los conceptos y las interpretaciones del
Volumen y el Interés Abierto. El tema se puede leer o pasar de puntillas sobre él.
Es bien conocido por todos la gran importancia de tener una visión general del mercado, y para ello usamos TF mayores a aquellos en los que operamos para medir la tendencia a largo plazo. En este tema, Murphy expresa su opinión al respecto, aunque, nuevamente, gran parte de este capítulo es superfluo para los traders de
divisa ya que narra problemas que afectan a otros mercados y no al Forex.
Tras sus apreciaciones sobre la tendencia, el volumen, el
precio y el interés abierto, es el momento de hablar de los
indicadores. Primero de los seguidores de tendencia y después de los osciladores. Describe las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos y su funcionamiento.
Ahora llega el momento de salir con los amigos, ya que el capítulo siguiente, la construcción de gráficos de puntos y figuras es totalmente irrelevante. Es presentado como una alternativa a las
velas japonesas, las cuales son analizadas a continuación.
En las gráficas de
velas japonesas hace un retrato psicológico de la mentalidad de los operadores tras cada patrón de velas. El autor nos ofrece un análisis detallado de los patrones que él considera de mayor fiabilidad, y, aunque no los desarrolle más de una
línea, también nombra fotográficamente otros 66 patrones (para él que se aburra).
Las Ondas de Elliot son un clásico que no puede faltar en una obra de estas características. Las explicaciones se entienden muy bien aunque me decepcionó el corto tratamiento que ofrece de los números
Fibonacci (de quien me considero un ‘fósforo’ [para quien no resida en España, buscar Herrera en la Onda]).
La segunda parte más importante de un gráfico, junto con el precio, es el tiempo. Murphy se apoya en otros autores para definir los ciclos. Se me antoja un tanto completo este apartado. Particularmente, volveré a leerlo dentro de unos meses, cuando tenga más conocimientos a cerca del tema. Por cierto, un apunte práctico: El USD tiene a alcanzar su mínimo durante los eneros.
El siguiente tema es de ordenadores y sistemas de contratación automática. No obstante, quisiera recordar a quien sienta el impulso de considerar que es una confirmación de su funcionamiento que un autor importante dedique un capítulo al tema de robots que estos sistemas hay que saber cuando utilizarlos y cuando el mercado no es apto para ellos. Un ordenador puede ayudar a que un buen analista sea incluso mejor, pero no puede transformar a un mal técnico en uno bueno. Un sistema automático debe estar incorporado a nuestro análisis técnico, y no dejarlo operar sólo. Es preciso que el operador este pendiente (con un buen análisis técnico) para controlar los periodos de trabajo de un robot.
Análisis Técnico de los Mercados Financieros también trata la Gestión de capital lo suficiente como para que quede constancia y sea aceptable (y para superar a Alexander Elder en Vivir del trading). El problema es que se centra en los mercados de futuros, en los que parece incluso más compleja, ya que habla de la diversificación, mientras que en nuestro caso, al enfrentar dos divisas, casi siempre se mueven en dirección contraria al dólar.
Murphy es un experto en las relaciones entre los mercados de valores y de futuros, ya que había escrito libros al respecto en el pasado. Por desgracia, volvemos a quedarnos fuera de juego. Según su planteamiento, presenta un efecto onda que pasa del dólar a las mercancías, y de estas, a las obligaciones y a los valores. Prácticamente presenta a la divisa como la causa, por lo que nuestro mercado sería el primero en reaccionar y, por lo tanto, no podríamos anticiparnos.
Los indicadores bursátiles nos sirven para hacernos una idea de las
correlaciones y de la salud del mercado en general, pero poco más.
Tipo: Análisis Técnico, Gestión de Capital.
En resumen: Lo aconsejo.
Lo que más me ha gustado: Explica de forma muy clara gran parte de los conceptos iniciales que todo trader debe conocer.
Lo que menos me ha gustado: Si ya se tienen esos conocimientos, resultan demasiado básicos. Restando esta parte al libro más aquella en la que el Forres queda excluido, el libro se queda en la mitad.